Ya es de noche, y no sé cuánto tengo que esperar, y de cuánto fuego tengo
que hacer, para fundir el cobre, pero, por si acaso estoy alimentando
constantemente el fuego, y tengo las intenciones de hacer esto hasta el
amanecer.
Lo que me sorprende de esta situación, es que no tengo la sensación de
cansancio, aunque la primera vez, no fue la gran cosa, esta vez ni me llama la
necesidad de dormir, ya que en mi vida anterior, era malo para estas cosas, porque
cuando me llamaban para una velada, el sueño me molestaba constantemente, y a
la mañana siguiente, me quedaba dormido hasta la mañana siguiente.
Debe ser porque estoy en constante movimiento, y al combinarlo con los
ejercicios al diafragma, estoy creando un cuerpo muy resistente, mmm…
Recuerdo que en mi vida pasada, yo buscaba información sobre estas cosas
para que mis amigos dejaran de molestarme por mi falta de resistencia, pero
nunca fui constante, ya que el dinero era la prioridad.
Bueno, ya no tengo que pensar mucho
en ello, porque me encuentro en una situación diferente, mmm…, ahora que me
fijo en el fuego, si tuviera una barra de metal para alcanzar el fondo, podría
ver si ya está fundido…
Y mientras me concentraba en cosas de fundición, mis sentidos me empezaron
a alertar del peligro, e inmediatamente levante la vista, para ver quién era el
que se estaba acercando al fuego, y me fije en la dirección de donde proviene
el peligro, ya que previamente, tengo en cuenta mi entorno, y estoy preparado
para escapar o para pelear, si ciento que es prudente hacerlo.
Pero quedé impresionado, ante la hermosa belleza que se estaba aproximando
a lo lejos.
-¿Una mujer? - dije.
-¿Qué ase una mujer en un entorno tan peligroso? –murmure.
Pero a medida que se estaba acercando, pude notar, que mi libido comenzó a
descontrolarse, ya que mi amiguito lo tenía preparado para la acción.
-Esto es malo -dije.
Ya que en un inicio, mis instintos me estaban advirtiendo del peligro, y
además que yo no soy un aguantado como para sucumbir fácilmente ante los
encantos de una mujer, (aunque admito que me pongo idiota, cuando las veo a las
chicas en minifaldas, ya que me encantan las piernas largas y su trasero bien formado).
De repente me empecé a mover a su dirección, mientras ella se abría de
piernas para la cópula, y en mi desesperación en comprender la situación en la
que estaba…
Sentí, que mi ser me susurro, “súcubo”.
Entonces, mientras copulaba con ella, hice, lo que hacía con mis amantes de
mi vida anterior.
Pero con ella, y gracias a mi libido descontrolado, le mordí el pezón sin
nada de delicadeza, mientras me movía en ella, como un perro aguantado y
abandonado en el techo del vecino…
Después de un baile desenfrenado, al estilo Elvis Presley, pero en cámara
acelerada, en la mañana siguiente desperté al lado de un murciélago gigante, (digo
esto, por su aspecto), pero su forma, me hizo recordar a los demiumanos que
había visto días atrás, pero fijándome bien, puedo pensar que es una especie
diferente, ya que no lleva adornos ni herramientas, su cuerpo se ve frágil,
tiene en su boca dos colmillos frontales; con los cuales deduzco que te chupa
la sangre, y tiene una feromona tan poderosa, que debe ser fácil atrapar a sus
víctimas.
-Súcubo e. - dije.
Pero pensándolo bien, si no pasaba esa frase en mi cabeza, y mi manía de
morder los pezones, no la contaba esta vez, (sí que tengo una suerte
aterradora), bueno, deje mis pensamientos a un lado, recite mi usual canto de
respeto, procedí a descuartizarla, y comerme parte de ella como desayuno. Tras
guardar el resto, para más tarde, procedí a revisar mi experimento que me fue
interrumpido.
Lo que vi, me dejó muy contento, ya que encontré una pequeña masa de metal
al rojo vivo. No podía sacarlo, ya que no tenía las herramientas adecuadas para
ello, pero el resultado me dejó muy satisfecho.
Escarbe alrededor del metal fundido, para que se enfriara con el ambiente,
por lo que fue una labor muy difícil, ya
que la tierra conservaba el calor del fuego, lo que me hizo anhelar aún más, el
hecho de obtener herramientas para facilitar y alcanzar mis objetivos…
Yo, soy un amante de las máquinas, aunque en mi vida anterior mis padres no
pudieron obtener los recursos necesarios para mandarme a estudiar sobre ello, y
mucho menos me concentraba en ello, ya que mi prioridad era el conseguir dinero
más, que el de satisfacer mis sueños.
Bueno, eso no importa ya, porque ahora, estoy forjando otra historia, y
esta vez, dejaré una huella tan grande, que quedará grabada en la historia de
este mundo...
-jejeje. Ya deja de fantasear, que primero tienes que sobrevivir -me dije.
Y note de que ya se estaba haciendo mediodía, entonces, me fui a dar una
revisada por la zona, por si encontraba algo para comer, ya que el súcubo me
quedó chico porque carecía de músculos.
Recogí algunos frutos, gusanos, y cace una serpiente, dos ardillas, y una
tortuga, con los cuales, regrese para terminare el resto del súcubo…, mientras almorzaba,
me puse a observar la pieza de metal, que deje expuesta, y note que todo lo que
había recolectado en total, solo había conseguido un pedazo del tamaño de mi
mano abierta, lo que me indica de qué tengo que recolectar más.
Al terminar de comer, me acerque a mi pedazo de cobre, y lo guarde en mi
mochila, para proseguir con mi viaje, de repente, me sentí un poco cansado, y
deduje que fue por el fuerte bombeo de anoche.
-Jejejeje. -pensaba mientras acariciaba la parte inferior de mi nariz con
mi índice.
Con este estado, pensé que debería pasar la noche aquí, entonces, por
costumbre me subí al árbol para revisar los artículos que había recolectado,
mientras me comía, los gusanos blancos, como golosinas.
chom, chom, chom.
De repente, empecé a sentir un fuerte calor en todo mi cuerpo, el cual no
podía soportar, entonces, procedí a despojarme de mis prendas, quedándome,
completamente desnudo, pero aun así, mi cuerpo no se enfriaba, quise ponerme al
lado del árbol, donde poder recibir más la brisa fresca, pero cuando comencé a
moverme, note que mi cuerpo no me respondía a la ves que no dejaba de temblar,
como si estuviera expuesto a temperaturas muy bajas.
De repente, note que estaba sudando a cántaros, como si fuera un caballo de
hipódromo después de una carrera, eso hizo que me preocupara mucho, porque es
un fuerte indicio de que me estaba deshidratando.
-Esto no me gusta, no me gusta nada -dije.
Pero mi sudor, tenía una textura muy rara, ya que era espesa, y se empezaba
a cumular más, empezando a cubrirme así, a todo mi cuerpo.
-¡Mierda! - grite, por la impotencia de que no podía hacer nada al
respecto, ya que mi cuerpo no paraba de temblar, y sentía que mis fuerzas me
estaban abandonando, ya que estaba en una situación terrible, porque no savia
lo que me estaba pasando, por lo que, lo único que podía hacer, era abrazarme a
mí mismo, porque por más que revisara en mis memorias, no hallaba la manera de
resolver el problema en el que me encontraba.
Hice un último intento para observar mi entorno, y vi que la viscosidad que
emanaba de mi cuerpo, se empezó a secar y adherir al tronco del árbol, es más,
todo mi sudor viscoso que me está rodeando, se está empezando a secar a mí
alrededor.
Esto, esto me recuerda a la metamorfosis.
-¡mierda…! - grite, me voy a convertir en una mariposa.
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