lunes, 12 de septiembre de 2016

Supay 6 parte

En la madrugada, ya con algo en la mente que había decidido por los acontecimientos de ayer, baje a tierra y en la misma cabe un pequeño hoyo, el cual volví a tapar con la misma tierra extraída, pero cerciorándome de no incluir fragmentos de piedras, e inmediatamente, comencé a golpear con mis puños, para así fortalecer mis nudillos (según los practicantes de kung fu; los huesos de las manos se fortalece, si los fracturas constantemente, y el método menos peligroso es, golpeando arena, después procedes con madera, y por último un saco de pequeñas piedras de río).

Después de no sé cuántos golpes, busque a mi alrededor un par de trozos de madera, cuyo diámetro no tenía que exceder el de mis brazos, y amarrándolos a mi espalda, volvía a subir al árbol, para mi siguiente práctica, la cual, consiste en abanicar los palos entre las ramas, (golpeando las gruesas y esquivando las delgadas), mientras me movía entre ellas, dado de que soy pequeño y me topé con un grupo semejante, por lo menos, mi cuerpo tiene que estar preparado para moverse.

De seguro pensaran, que es una pérdida de tiempo, el estar haciendo estos ejercicios improvisados, pero si lo comparamos a un aprendiz de conducir con un conductor profesional, la diferencia entre ellos es la “memoria del reflejo”, ya que cuando estás aprendiendo a conducir, pones todos tus sentidos alerta, para recordar donde está el pedal del freno y el del acelerador para no confundirlos, como también la ubicación de la palanca de cambios y de qué orden se encuentran las diferentes velocidades de la misma, sin contar el hecho de que tienes que estar mirando al frente y hacer toda la ceremonia de encendido y manejo. En cambio el conductor profesional, realizó todo lo explicado, mientras está a una velocidad media baja, (pero para ti es excesiva), mientras te explica una receta de cocina, con todos sus detalles. Por ende, el profesional comenzó como principiante, y dado que continuó practicando en el interior del vehículo, y con el tiempo, incrementando la velocidad de su vehículo gradualmente, lo cual, su perseverancia lo llevó a convertirse en un profesional.

Es por eso que en las películas de terror, cuando las víctimas, se encuentran ante el carnicero que lo va a matar, ellos se quedan quietos, aunque su cerebro ordena al cuerpo que huya, el mismo no sabe cómo… En fin, volviendo a lo de mi entrenamiento, termine de deslizarme de entre las ramas, e inmediatamente, retome el entrenamiento kali, que practique en la cueva, agregando defensa a mis movimientos. Ósea; hacia movimientos de ataque, y después me defendía de los mismos.

Luego continúe con movimientos, con manos desnudas, e intentaba imitar a los artistas marciales que miraba en las películas. Al hacerlo, empecé a comprender que en verdad, los artistas marciales, son estudiosos de los movimientos y los músculos del cuerpo humano, es por ese sentido de sus movimientos extraños, ya que el cuerpo tiene más de 350 músculos, (y un fisicoculturista ejercita unos cuantos los más notorios y vistosos). Pues se siente por naturaleza de la misma, que todos los músculos de tu cuerpo se empiezan a ejercitar y como también si lo combinas con la respiración, sientes que tu cuerpo se relaja, y a la vez que se fortalece.

Al terminar, me dio mucha sed y hambre, entonces extraje agua de las bromelias y baje del árbol, para olfatear, si hay algún alimento para cazar, pero cuando caí al suelo, de entre las ramas de un pequeño arbusto, me salto una serpiente, mordiéndome la rodilla.

Inmediatamente, atrape a la condenada serpiente de la cabeza, la cual se enrollo en mi brazo, yo, al ver su figura y colores, con su cola de cascabel, comprendí que mi racha se había acabado.

-mierda.


Después de haber pasado por tanto, aparece esta bendita serpiente y me arruina el día con un simple mordisco, eso me cabreó tanto, que sin pensarlo le mordí la cabeza y me la comí (cronch, cronch), luego saque mi cuchillo y le hice un pequeño corte en la parte de la garganta, permitiéndome sujetar así su pellejo, lo cual arranque de un tirón.



Procedí a comerme su cuerpo, y al terminar, noté que su olor continuaba emanando del arbusto, e inmediatamente comencé a buscar, pero lo que encontré, me dejó sorprendido, sentí vergüenza por mis infantiles pensamientos, ya que en el arbusto había una raíz podrida y hueca, en cuyo interior se encontraba el nido de la serpiente que ya me había comido.

Entonces junte mis manos, y pedí que trascendiera su alma de la serpiente y sus crías a una existencia superior, agradecí a la tierra que sostiene al bosque que me brinda la comida, al cielo por el oxígeno que aclara mi mente, al sol por el calor que me brinda a mi cuerpo helado, y a la lluvia que hidrata mi ser, y di un aplauso.

Después, procedí a comerme los huevos, los cuales ya habían empezado a adquirir la forma de serpiente. Pensaran que soy un monstruo despiadado, pero para mí lógica, ya que la madre está muerta, estos huevos ya están echados a perder, y si no me los como yo se los comerá otro, y como baje con el propósito de buscar alimentos, pues esta tarea ya está cumplida, y ya que voy a morir por la mordida de la cascabel, pues moriré con el estómago lleno.

Al comérmelos todos, empecé a notar que mis fuerzas, se estaban incrementando y que mis instintos de caza se habían agudizado, puesto que al sentir la ligera brisa del bosque, esta, me llego con una serie de información que me dejó impresionado, comencé a sentir las amenazas potenciales que me rodean, pero no tengo que preocuparme, ya que me encuentro fuera de su alcance, como también de las potenciales presas para cazar, de las cuales, una, está a unos pasos cerca de mí.

Entonces, me apoyé en mis cuatro miembros, y pegando mí pecho a la tierra, comencé a avanzar hacia mi presa, y al tenerlo a la vista, confirme lo que mis instintos me decían a gritos. Conejo, lo que tenía enfrente, era un conejo, un conejo que se estaba alimentando de unas hierbas silvestres.

No se dio cuenta de mi presencia y avance para tenerlo al alcance, pero, el prudente conejo levantó la vista a mi dirección, por desgracia para él animal, la flora del bosque y el viento estaba a mi favor, impidieron que el pobre se diera cuenta de mi presencia, por lo cual, en el momento cuando el conejo volteo para continuar con sus alimentos, yo salte hacia él, con una precisión que el conejo no se había dado cuenta que ya se encontraba en mi boca.

Todo esto causó una gran impresión en mí, cavile, reflexionando mis acciones instintivas; sobre cómo me acerque evitando pisar las ramas secas que delataran mi posición, de cómo me detuve y me quedé quieto como una roca cuando el conejo comenzó a revisar a su entorno, y de cómo salte sobre el conejo cuando este se sintió seguro. Entonces note que los latidos del corazón del conejo se había detenido, lo solté y revise al animal, y vi que empezó a botar espuma por la boca como si estuviera envenenado, (puesto que no se dé un ataque cardíaco, que te hace botar espuma por la boca), por ende, con los acontecimientos confirmé mis sospechas, ya que al comerme al puma; adquirí su conocimiento y fuerza, lo mismo con los monos, ahora que me comí la serpiente y sus huevos, ya no siento el veneno, tengo sus conocimientos de caza, y mi saliva es ahora venenosa.

Por ende, tengo la habilidad de absorber las habilidades de los seres que me como, entonces, si me como a animales con extraordinarias habilidades, me volveré aún más extraordinario.

Se dibujó una enorme sonrisa en mi rostro, una sonrisa que nunca pensé que daría a este mundo, pero mire al conejo y me quede quieto meditando por un momento, le di el habitual canto de respeto y agradecimiento, lo despelleje, comí su carne, y procedí con mi viaje.


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