Por el camino, me topé con rastros de otros conejos, los cuales cace de la
misma forma que el primero, confirmando así, que mi saliva es venenosa. (
jejeje sí que mis besos matan). Ahora que ya tengo para el almuerzo, me concentré,
en mi camino a las montañas, con el plan de siempre, si había peligros por
tierra, cambiaba de ruta, y me movilizaba por las ramas, y cuando percibía que
ya era seguro, volvía a bajar, para buscar materiales que tenía el bosque; como
piedras de cuarzo con oro falso, hongos que le llaman pata de caballo (por la
forma), plantas fibrosa para la creación de cuerdas (como hojas de palmera).
Y así comenzó mi rutina; en la mañana entrenaba movimientos de combate,
luego buscaba presa para cazar, frutos que devora, artículos útiles que
recolectar, y cosas así en los días de mi viaje, y en las noches me ponía a
revisar lo que había recolectado, y ver de qué manera podía usarlas para
mejorar mi equipamiento.
Estuve haciendo esta rutina por tres días, en los cuales también empecé a
experimentar, las habilidades que podía absorber, puesto que me comí, algunos
insectos, lagartijas, sapos, murciélagos, ratas, topos, y uno que otro
pajarito. Con los cuales, adquirí; regeneración rápida, saliva pegajosa, sonar,
dientes fuertes, garras para cavar y sensibilidad a las vibraciones. Pero para
esto, tuve que comer varias de ellas, creo que si son especies más débiles que
yo, la absorción no es efectiva, pero si como varias de ellas, allí obtendré lo
que quiero.
Esto me hizo pensar, de sí tanta absorción, esto me haría cambiar de forma,
entonces comencé a observar mi cuerpo; y note que mis abdominales estaban
marcados, que mis brazos y piernas se veían firmes, y mi pectoral se sentía sólido,
al igual que mi cuello, ya no era el torpe goblin barrigón que salió de la
cueva, ahora me siento como un súper goblin (nada más me falta la capa jeje).
De los artículos que recolecte, intente crearme un arco y cinco flechas,
pero el dominio de la misma, era muy complicado, aparte que el arco se me
rompía después de veinte tiros, también que el blanco que busco, son los
pájaros carpinteros…
También hice largas tiras de soguilla, para después entrelazarlas y crear
una soga capaz de soportar cosas pesadas, y con las piedras de cuarzo con el
oro falso (un mineral que parece oro, pero no lo es), intente producir fuego,
ya que al golpearlas entre sí, provocar grandes cantidades de chispas, pero aún
tengo que esperar que el hongo “pata de caballo”, se seque, para poder usarlo,
puesto que su textura es como el algodón, y las chispas que saltan al
friccionar las piedras; son demasiado pequeñas para encender paja u hojas
secas, es por eso que requiero del hongo.
Bueno, deje eso a un lado y subía a la copa de un árbol, para fijar mi
dirección, y empecé a notar que la estructura que vi a lo lejos, ya la empezaba
a visualizar mejor, (me gustaría comerme un halcón, para poder calcular mejor
la distancia).
Al observarlo, note que parece una especie de monolito, esto me despierta
una gran curiosidad, puesto que en mi mundo, también había grandes ruinas, pero
no te decían los secretos que ocultan las mismas, si querías saber, tú mismo
tienes que investigarlo, y eso supone grandes gastos.
-¡civilización! una mierda.
Eso era mi mundo, un sitio donde te limitan la verdad, para así poder
tenerte como un burro de carga… pero, esta vez será diferente, porque ahora este es
mi mundo, en el cual estoy aprendiendo muchas cosas, por lo que si hubiera
sabido en mi mundo, mi historia sería distinta.
De repente, mis instintos me alertaron que estaba pasando algo cerca de mí;
lo que percibí, era una pelea de una serpiente con un tigre, por lo que mis
instintos me dijeron que era una gran serpiente, y que el tigre estaba ganando,
y si me apresuro, podre matar al tigre agotado, y de llapa tendré a la
serpiente.
El olor de la sangre a flor de piel me estaba llamando, y con las
habilidades que ya tenía, y las circunstancias de su pelea, mis instintos me
gritaban que tomara esta oportunidad que se me ha presentado.
Como un goblin sediento de sangre, salí en busca de mi presa, y la ambición
por el poder que adquiriré al comerse a esos dos, hacía que no parara de babear,
me puse mi puñal en mi boca, para bañar la hoja con mi veneno, y en unos
segundos ya me encontraba observando la pelea.
La serpiente había huido hacia unas rocas, mientras el jadeante tigre se
acercaba para darle su golpe de gracia, sin pensar, que yo me encontraba a
espaldas del infeliz, sin dudarlo, salté en su lomo, apuñalándolo salvajemente,
(creo que le hice cinco agujeros en sus costillas).
Pero el gato, ante esto, inmediatamente se tiró sobre su espalda, aplastándome
contra el suelo y liberándose de mí agarre, me dolió mucho, pero en vez de reprimirme,
hizo que me encendiera aún más, lo que me hizo levantarme inmediatamente.
Por lo que muy fríamente comencé a mirarlo, mientras caminábamos, haciendo
media luna, uno al frente del otro, como dos bailarines de música clásica. Entonces,
una sonrisa dibujo mi rostro, puesto que el tigre, comenzó a debilitarse por los
síntomas del veneno, no me atreví a acercarme, por lo que me puse a esperar
mientras observaba como colapsaba el pobre, sin comprender de lo que estaba
pasando.
Al caer el tigre, me di la vuelta para buscar a la serpiente, que el tigre
había derrotado, y darle su golpe de gracia, mientras me a cercaba, no podía
dejar de sonreír ya que todo lo que avía
calculado, me estaba saliendo bien.
En mi
camino, cogí un palo largo, al cual, le saque punta a un extremo, e
inmediatamente lo bañe con mi saliva, (si mi mamá y mis amigos me vieran con
esta actitud, no me reconocerían, o empezarían a sospechar que me estoy
drogando).
Pero cuando la tuve a la vista, lo que encontré me dejó asombrado, haciendo
que mi medidor de ambición por poder, llegara a su tope de medida, por ver la
presa que tenía al frente…
Nada más ni nada menos, que una lamia, (según mis recuerdos, esta especie,
controla poderes mágicos), tenía el aspecto de una adolescente de trece o
catorce años de edad, su cuerpo estaba muy golpeado y arañado por el tigre, y
aun así irradia una sensualidad y belleza, que cualquiera sucumbiría ante la
lujuria por ella, pero, que lastima para ella, de qué yo no soy cualquiera.
La pobre temblaba ante mi presencia, por lo cual no la culpo, ya que en
otras circunstancias, muy habituales en las novelas de mi mundo, el héroe tras
matar a la terrible bestia, ayuda inmediatamente a la bella chica que se encuentra
herida.
Pero esa clase de historias, es para entrenar a la gente de mi mundo, a
vivir como víctimas, esperando por la ayuda del poderoso héroe, y así él les
cambie la cruel tragedia de sus destinos, pero la realidad, no es así, ya que
nadie vino a rescatarnos y evitar que mi amiga sufriera, y mucho menos de que
yo sea asesinado.
No soy un héroe, ni me nace el deseo de ayudarla, puesto que lo único que
tengo en mi cabeza, son los extraordinarios poderes que obtendré al comérmela. Entonces, mi
sentido arácnido me alertó del peligro que se aproxima (digo arácnido, por el
cómic del hombre araña, no es que me haya comido arañas, je je), según mis
instinto, se estaban aproximando, tres especies similares a la lamia.
Entonces mire a la chica herida, y por su vestimenta de tela y algunas
alhajas que llevaba la pobre víctima, me da la sensación de que trabajan en
sociedad, puede que sean compañeras al rescate de la que me quiero comer, y si la mato, no
tendré tiempo para comérmela, y tendría a tres lamias tras mi cabeza, y eso no
me convendría.
Entonces me dirigí hacia el tigre, le amarre el torso y lo arrastre a las profundidades del bosque, y ya que me tomara tiempo para descuartizar al animal, tuve que conformarme con el hígado, corazón, la piel y su cabeza del tigre, para que mi carga sea ligera para escapar y refugiarme en las profundidades del bosque.
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