Otro día más de entrenamiento en el bosque con mis hermanas, ya que soy una
candidata para ser reina, tengo que especializarme, en sigilo, caza, y
estrategia.
Mi nombre es Suma Anaconda, tengo catorce años, y mis maestras son: Amuyt´a
Cobra, (inteligencia cobra) ella es la líder de los magos de la tribu, me
enseña estrategia, magia, pociones, y nuestras costumbres. Ch´ama Anaconda, (fuerza
anaconda) ella es hermana de sangre de mi madre y es la líder de las guerreras
de la tribu, ella me enseña; la caza, combate, resistencia, y liderazgo.
Q´aphaña Mamba, (agilidad mamba) ella es la líder de los espías, y me enseña el
modo sigilo, recolección de información, vista aguda, asesinato, y manejo de
armas a distancia.
Las tres son muy estrictas y crueles, ya que como la futura líder de la
tribu, mi desempeño llevará a la prosperidad o a la ruina total de mis
hermanas, y claro, esa culpa caerá en las maestras de la líder…
Pensaba que sería fácil, ya que eran las líderes de las tres ramas más
importantes de la tribu, y que me darían tiempo para mí, pero no, ya que tienen
a las segundas al mando, a quienes dejan toda esa responsabilidad y así tener
tiempo para mí, (de paso las llenan de experiencia a las futuras líderes).
Por ende, mi día a día es una tortura de nunca acabar, y a veces, apenas me
dejan descansar, y la culpable de mis desvelos es Amuyt´a Cobra, ya que si no
me sale bien algunas pócimas, me hace repetir el proceso, no importando si
estamos a altas horas de la noche, con tal de que lo haga bien.
Pero esta vez, tengo planeado escapar y alejarme de estas lamias locas. Ya
que este entrenamiento infernal, es incomprensible, en verdad que no lo
entiendo, no las entiendo, y ya no me interesa entender. Por ende, ya todo
está preparado, ya que me he levantado antes que las demás, y deje
distracciones para que tarden en venir para el entrenamiento, los cuales son:
A Ch´ama Anaconda, le deje un estofado de leche con conejo, que es su
platillo favorito, con zumo de naranja servido en la mesa. Esto la mantendrá
ocupada en el baño.
Q´aphaña Mamba me costó mucho encontrar su debilidad ya que es una experta
en sigilo, pero es débil al alcohol, por eso no le gusta beber, pero le
encantan los frutos dulces, “qué bueno que es fácil combinarlos”.
Pero a la que quiero ver sufrir es a Amuyt’a Cobra ya que es una loca del
orden, por lo que infiltre un par de monos alimentados con mis frutos dulces,
para que pongan de vuelta y media su preciado laboratorio, “que pena que no
podré ver cómo sucumbe mi cuarto de tortura”.
También cree una muñeca con tela y rellena con paja, para que me
reemplazara en el nido, y tengo una bolsa con mis cambios de piel, para
confundir el rastro...
Por lo que todo me salió a pedir de boca, ya que estoy en el bosque y no
percibo que me estén buscando, tampoco creo que me encuentren, ya que envuelvo
pedazos de mi piel seca en piedras y los arrojó en los alrededores, con esto no
me encontraran, y no tengo miedo del bosque, ya que soy una
excelente hechicera y se pelear muy bien, (aunque no superó a mis maestras),
pero hasta ahora, todo ha ido muy bien.
Ya me deshice de un dragón komodo fácilmente, con un hechizo de fuego, “no
entiendo el porqué de decirme que me falta mucho para ser líder, si ya soy lo
suficientemente fuerte”. De repente, sentí que se estaban acercando un grupo
de lobos, lo sé por su forma de moverse, el olor y porque andan en grupo.
-jajajajaj, esto sí que es un desafío.
Rápidamente fui rodeada por la manada, e inmediatamente comenzaron a
atacarme, no me preocupada, ya que a medida me iban saltando encima, yo los iba
incinerando. Eran un grupo de nueve lobos, y después de un rato,
ya eran cinco.
-¡fuego rojo! ahora quedan cuatro.
Pero cuando, vi que uno estaba a punto de atacarme, al cual ya lo estaba
incinerando, uno me mordió la cola, lo cual, el dolor me distrajo un poco, eso
hizo que el otro lobo me mordiera la mano derecha, con la que arrojó los
hechizos, y vi al líder que estaba saltando a darme el golpe de gracia, el
cual, cayó muerto después de incinerarlo con mi magia fuego, que hice con mi
mano izquierda, luego destripe al que me mordía el brazo y aplaste al muerde
colas, con mi abrazo de anaconda, que hice con mi parte inferior.
-jajajajajaja, estos lobos estúpidos pensaron ser un desafío para mí.
Pero, cuando levanté la vista, un enorme tigre, se abalanzó sobre mí… ¿En
qué momento se me acercó?, pensaba mientras le arrojaba una bola de fuego, pero
no me di cuenta, que ya no tenía mana, lo cual el hechizo me salió muy débil, logrando
confundir a mi atacante, pero no evitó que el tigre me golpeara con sus garras,
arañándome el hombro derecho y por la fuerza contra el suelo, me lastime el
brazo izquierdo.
El dolor de la falta de mana y de las heridas, me hicieron distraerme, ante
el segundo zarpazo del tigre, pero gracias a mi entrenamiento logre enrollarme
alrededor de la fiera bestia, mientras alejaba con mis brazos adoloridos su
boca apoyándome en su garganta.
Todo esto nos hizo rodar por una larga cuesta, lastimándonos fuertemente a
los dos, hasta que me golpee la cabeza con una piedra, lo que me hizo liberarlo
así al tigre.
Ambos estábamos muy lastimados, principalmente yo, ya que me estaba
sangrando mucho la cabeza, esto me llenó de pánico, por lo que decidí huir de
ese lugar, pero siento que el tigre, no piensa dejarme escapar, por lo que busque
refugio en un pequeño montículo de piedras, aunque sé que ya estoy perdida,
pero mi deseo de vivir, me hace moverme con desesperación.
Ciento al tigre que está recuperando y que se está dirigiendo hacia mí,
pero mi desesperación me hace desear que la tierra me cubriera y me protegiera,
por lo que no pude evitar comenzar a pensar: de que voy a morir, voy a morir en
un lugar como este, no es justo, no es justo, no es justo, se supone que soy la
futura líder, se supone que soy la más fuerte e inteligente de mis hermanas, yo
soy la candidata a reina, porque tengo que morir así, porque no soy tan fuerte,
porque se me acabó el maná, no es justo, porque me atacaron esos lobos, porque
me ataco ese komodo, porque, porque, porque… porque no viene a
rescatarme mis hermanas, porque no vienen a rescatarme mis maestras…
¡nooooo..!
Soy una estúpida, por hacerles eso a mis maestras, soy una estúpida por
huir de casa, soy una estúpida por hacer un plan en el cual no me puedan encontrar,
y me puedan rescatar, estúpida, estúpida, estúpida.
Pero al escuchar el grito del tigre, hizo que recobrara el sentido, e
inmediatamente escuche un fuerte, ¡boon!, referente a un golpe en el suelo, me
seque las lágrimas e intente incorporarme.
¿Qué está pasando?, ¿acaso son mis hermanas, o mis maestras? -pensaba.
De repente un silencio que me permitió escuchar al bosque y en un abrir y
cerrar de ojos, un gallardo y pequeño hombrecito verde, empuñando una daga
élfica y con un palo en el hombro, se paró frente a mí.
¿Quién era el, que no es un goblin?, pensaba, mientras lo miraba fijamente. De repente, esa
mirada tan penetrante me hizo estremecerme, (sé que los goblin son unos
lujuriosos asquerosos), pero este me mira como si quisiera todo de mí, desde la
punta de mi cola, hasta la última hebra de mi cabello.
Todo eso lo sentía a través de esa mirada tan penetrante y fija hacia mis
ojos de este pequeño, lo que hizo que temblara de emoción, asiéndome empezará a
mojarme… pero, algo captó su atención, lo cual lo hizo mirar
a una dirección fijamente, e inmediatamente se alejó de mí…
Quise decirle que no se vaya, pero cuando salí, vi como ese pequeño
hombrecito verde envolvía con una cuerda a tan tremendo tigre, y luego lo arrastrada
a las profundidades del bosque, por lo que me impresionó tanto, que me dejó
anonadada.
Luego de no sé cuánto tiempo de quedarme paralizada por la impresión, de
repente, aparecieron mis maestras, las cuales, comenzaron a regañarme, y luego
a interrogarme de lo que había pasado, y de porqué estaba tan lastimada,
mientras me curaban.
Pero cuando les conté que un pequeño goblin me había rescatado, se quedaron
anonadadas, y me empezaron a mirar con incredulidad, o que me había golpeado
demasiado fuerte la cabeza, ya que los goblin, no tienen ningún respeto por los
demás, cuando son adultos andan en grupo, y son tan lujuriosos como para no
dejar a tras una presa tan atractiva.
Pero cuando Q’aphaña Mamba, comenzó a revisar la zona, me miró con ojos
estupefactos, e inmediatamente siguió el rastro por donde el pequeño hombrecito
verde se llevó al tigre, el cual, luego de un rato, volvió arrastrando la
osamenta de un animal.
Ella afirmaba que era el tigre que me atacó y que había sido envenenado por
el costado, dada las heridas encontradas, pero que esto no parece ser la obra
de un goblin, ya que al tigre lo dejaron sin piel y que removieron de él, el hígado,
corazón y la cabeza, y según el rastro dejado, se dirigió a la sima de un
árbol, por lo cual decidió volver.
-Este, no es el comportamiento común de un goblin, ni mucho menos el de que
trepara árboles - decía.
Pero lo que intrigaba a mi maestra, era la sustancia que avía envenenado al
tigre y era la misma que se encontraba en la punta de la pequeña lanza rústica,
que habían encontrado en los alrededores. Pero lo más intrigante es, que esa
sustancia era saliva de goblin.
A lo cual mi maestra Amuyt’a Cobra se acercaba a Q’aphaña Mamba, que
sostenía la pequeña lanza, pero cuando me preguntaba, ¿cómo sabía que era
saliva de goblin? Vi a mi maestra Amuyt’a Cobra degustar la sustancia con la
punta de su dedo, confirmando así, que era saliva de goblin.
En eso se acerca Ch’ama Anaconda y repite el proceso, mientras mis otras
dos maestras la discriminan, preguntándole, que sabe ella de la saliva de otras
especies dada su profesión.
Pero cuando me acerque, mientras preguntaba, si podía probar,
inmediatamente recibí un fuerte puñetazo en la cabeza de Q’aphaña Mamba, y
luego me arrastro hacia la aldea, a la vez que Ch’ama Anaconda cargaba la osamenta
del tigre en sus hombros, y Amuyt’a cobra, me sermoneaba. Que la semilla de un
goblin, no es bueno para el futuro de las lamias, y que la especie con las
cuales me puedo aparear, son los humanos, los elfos y en casos extremos, los demiumanos
híbridos con humanos, ya que con otras especies procrearemos monstruos, y eso
acarrearía problemas a la tribu.
No me importaba lo que me decía, ya que ahora estoy a salvo, volveré a mi entrenamiento para volverme más fuerte, y tendré a quien imaginar, cuando tenga mis noches traviesas.
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