Soy Nolpilinnen de Agaxapat, y estoy en medio del bosque, con mis hermanas
para cazar un par de ciervos para comer y comerciar con mi gente. Mis hermanas,
están animadas con aprender a matar animales grandes, ya que si queremos
sobrevivir en el bosque, tenemos que acostumbrarnos a matar, y para aprender
rápidamente, es matando a animales más grandes que nosotras.
Yo soy la mayor de ellas, ya que tengo ciento veinte años y mis hermanas
solo tienen entre ochenta y noventa y siete, y como yo ya he cazado con
anterioridad, ellas decidieron seguirme, para ver como lo hacía y aprender algo
de ello, ya que nuestra gente, nos tomamos el aprendizaje pacientemente, ya que
todos somos autodidactas, y muy pocos encuentran sus talentos rápidamente, por
ende, ahora les toca probar la cacería, porque el hecho de solo hacer unas cosas
por mucho tiempo, se torna aburrido, por lo que es bueno variar.
Bueno, ella han suplicado tantas veces, que por deshacerme de ellas, decidí
aguantarlas por un tiempo hasta que se independicen, como ya dije antes, es
bueno variar, en fin, ellas me dijeron que iban a ayudarme, pero no espero
mucho de ellas, ya que solo trajeron sus espadas que les regalaron sus amantes,
(kikiki, ya que ser chicas tienen sus beneficios), pero las experiencias de
combate, nos harán fuertes ante los problemas, por eso ellas han venido conmigo
para aprender algo.
Ellas son Angaina de Gröte y Makil de Gia, y las dos ya están ansiosas,
porque nos estamos acercando a un rebaño de ciervos que siempre pastan por esta
zona, pero, a lo lejos, pude ver a un orco que se estaba acercando a nuestra
dirección, a lo que sonreí y me dije.
–que buena presa me he encontrado hoy.
Yo siempre ando en modo sigilo, ya que me permite librarme de los horrores
del bosque, (de paso que entreno mi técnica), pero no me permite correr, por
ende, le dije a mis hermanas, que esperen ocultas, ya que él se dirige hacia
nosotras, mientras yo doy un rodeo, para así, atacarlo en varias direcciones.
-será un blanco fácil, ya que esta desarmado y no se dará cuenta cuando lo
mate por la espalda. –les dije.
Después que movieron sus cabezas en afirmación, me aleje de ellas
lentamente hasta un punto de tiro, pero cuando me puse en posición, el orco y
mis hermanas ya se estaban enfrentando, e inmediatamente me moví para apuntar
en la nuca, y matarlo con un tiro, pero, cuando el orco hablo de una manera tan
fluida, me dejó impresionada, ya que esto son brutos comunicándose, hasta que
dijo, que necesitaba ayuda.
¿Ayudar dijo?, ¡ayudar!, como voy a ayudar a un orco, ya que a causa de
ellos perdí a Egasen. Y los recuerdos de mi amante siendo devorado por los
orcos me llenó de ira, e inmediatamente solté la flecha que tense para su
muerte, pero el desgraciado, no sé cómo, la atrapó con sus manos desnudas, como
si cogiera una ramita que se encontró en el camino.
Furiosa, y llena de ira le dispare una flecha, -zum,- segunda flecha –zum-,
las cuales el esquivo y bloqueo, pero cuando trataba de disparar la tercera, el
empezó a correr, metiéndose entre los árboles, ya que no podré dispararle entre
ellos, y al ver su astucia que enfurecida le grite.
-¡monstruo apestoso!
Y comenzando a correr detrás de él sin importarme mis hermanas, ya que las
muy tontas no se atrevieron a sacar sus espadas por lo que me centre en
matarlo, y para ello me tengo que concentrarme en este maldito orco, ya que es demasiado
perspicaz, porque cuando intentó dispararle, él se vuelve a meterse entre los
árboles, obligándome a retomar la carrera, y no quiero perderlo de vista.
¿Porque este sujeto tiene la velocidad de un uruk hai?, ya que los uruk hai
a pesar de que son parientes de los orcos, no son tan bajitos y su tono de piel
es negra, mmm…, y mientras mi mente divago por un momento, el desgraciado, de
repente desapareció de mis sentidos.
-Mierda. -dije entre dientes, e inmediatamente me apresure para no dejar
que se me escapara, ya que todos los orcos, tienen que ser eliminados y no
dejare que nadie escape a su destino, aunque me tome milenios para hacerlo. Y
de pronto, sentí que algo detuvo mi pie, desestabilizándome, y de una manera
lamentable, termine desplomándome en el suelo.
La caída me aturdió un momento, pero ya era demasiado tarde para
reaccionar, ya que el orco empezó a patearme el abdomen, con tal fuerza, que
parecía, que si no tuviese mi protector de cuero, me hubiera hecho vomitar mis
intestinos, luego, sentí que me mordió la pierna izquierda.
¿Porque me está mordiendo la pierna, y no me mata, acaso el desgraciado está
jugando conmigo? -pensé.
Y con las pocas fuerzas y la rabia que me quedaron, intente sujetar su
pierna. Mientras a duras penas le decía - maldito seas orco… y entre en la
inconsciencia.
Cuando desperté, estaba siendo transportada por una de mis hermanas, hacia
nuestra guarida, mientras que la otra me preguntaba si estaba bien, e inmediatamente
les pregunte por el orco, a lo que ellas me respondieron con otra pregunta.
-¿en verdad era un orco? A lo que respondí enfurecida.
-¡claro que era un orco, y como tal tenía que morir, ya que son brutos e
inferiores que nosotros los elfos oscuros!
Ellas se quedaron en silencio y no me dijeron nada más, por lo que quise
bajar de la espalda de mi hermana para poder caminar, pero un fuerte dolor en
mi pierna, no me dejo mover, a lo que una de mis hermanas me dijo.
-no te muevas aun hermana, porque aún no hemos curado la mordedura de
serpiente que tienes en la pierna, ya que el antídoto tardara un tiempo.
-¡serpiente!, ¿Qué serpiente, si el que mordió fue el maldito orco?
Y me miraron con expresiones asombradas, y preguntaron de inmediato.
-¿el orco, que clase de orco tiene en su saliva, veneno de serpiente?
Nos miramos en silencio, por unos minutos, a lo que agregue.
-esto hay que informarlo al jefe del clan, el tendrá las respuestas y las
medidas que se deben tomar ante tal predicamento.
Por lo que ambas asintieron, y continuamos con nuestro camino.
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