miércoles, 9 de noviembre de 2016

Supay 17 parte

wow, asarla al fuego fue una gran idea, ya que el fuego directo en la carne hace que expulse las grasas impuras, como también ayuda alimentando el fuego para su cocción, aparte ahora entiendo porque son más sabroso los muslos, ya que es donde tiene abundante carne y grasas, al igual que en el trasero, los cuales como ya explique y junto al tratamiento especial que le di, ayudan al sabor y la cocción.
Se preguntarán, que es de la kobold. Pues ella está a mi lado, comiendo conmigo el súcubo que me atacó en la noche, por lo que ahora, los muslos del mismo son mi desayuno. En cuanto a la kobold, está molesta conmigo por las circunstancias en las que se encontró cuando despertó.

Bueno, jejejejeje...

Una mocosa nunca podrá con un viejo como yo.

Aunque bueno, si al dormir en medio del bosque y luego haber despertado en la cama con un desconocido, yo también me asustaría.

jajajaja. Fue tan lindo, ver como caía en sus propias palabras y a la vez fue raro, puesto que pensé que enloquecería al ver mi apariencia, pero lo está tomando muy tranquilamente bien.

Bueno, es que la cosa fue que al encontrarla sucia, golpeada y malherida, la arrastre a mi base de operaciones, en una camilla provisional, hecha de palos y cuerdas. Allí, la lave con un trapo húmedo en agua caliente y jabón. Las heridas las lave con mucho cuidado, para evitar que se infecten, y las cubrí con vendas que encontré en la covacha del mago. Sus heridas no eran muy profundas, pero sí tenía muchas de ellas, por lo que me preguntaba, que ha hecho que una kobold termine en estas circunstancias.

Todo este procedimiento me costó mucho trabajo y tiempo, ya que tenía que lavarme las manos constantemente, puesto que gracias a la habilidad que adquirí del komodo, podría ser yo el que la infecte con algo. Luego la cubrí con sábanas para acostarme con ella cerca de la fogata, para que recuperara calor. Puesto que había perdido mucha sangre y la temperatura de su cuerpo había bajado mucho, por lo que estaba en peligro de entrar en shock si la dejo sola en la noche, y eso sí sería peligroso. Pero como estaba respirando normalmente, no me preocupe mucho por lo que me acurruque con ella y me quedé dormido.

En breve de una hora creo, anticipe la aparición del súcubo, por lo que acabe rápido, ya que mis instintos habían fijado su ubicación y de un flechazo, ¡plod!, cayó muerta. Le di el usual rezo, le corte la cabeza y le quite las entrañas, por lo que devore el corazón, el hígado y el cerebro rápidamente y el cuerpo lo colgué en un árbol, para despellejarlo rápido y proceder a descuartizarlo. Gracias a las muchas veces que avía echo esto, termine rápidamente, por lo que el cuerpo del súcubo lo metí en una vasija de arcilla, en cuyo interior había vaciado agua con nitrato de potasio, que había preparado anteriormente para este mismo propósito, por lo que al terminar me acerqué al fuego y me acosté de nuevo con la kobold.

--¡KIAAAAAAAA…!

Un fuerte grito me despertó, y al mirar a mí alrededor, vi que ya era de madrugada y que la que gritaba era la kobold, repitiendo la misma escena como cuando la conocí. Entonces le dije.

-Veo que ya estás bien. –mientras estiraba los brazos junto con mi espalda.

-¡Qué pretendías hacer con migo, pervertido! –me dijo mientras me apunta con una rama quemada del fogón.

-salvarte la vida pervertida. –mientras ponía una cara de aburrido y pensaba, ¿es en serio?

--quienes una pervertida, yo no soy una pervertida, maldito pervertido.

-solo un ladrón reconoce a otro ladrón, como un mentiroso a otro mentiroso. Por lo que si tú me acusas de pervertido es porque eres una pervertida o hay otra explicación en la que yo sea el único culpable.

--te, te, te habías acostado con migo. –dijo mientras temblaba.

-aaaaa… entonces me estás diciendo, que al encontrar te desnuda y mal herida en medio del bosque, por lo que te lave, cure y te vestí. Pero como habías perdido mucha sangre y para evitar que tu cuerpo se enfríe por la noche, me acosté contigo. Eso son actos de un pervertido, ¿lo entendí bien? –dije mirándola seriamente.

--um...

Entonces, al verla callada y palpando su cuerpo para cerciorarse de lo que había dicho era verdad, mientras no me quitaba los ojos de encima. Por lo que me pare lentamente y me fui a disponer de la carne del súcubo que había dejado fraguando en la vasija, para usarla como nuestro desayuno, a lo que ella, al verme trayendo la carne al fuego, me pregunto.

--¿vas a azar eso?

-azar, buena idea.

Por lo que cogí unos trozos de madera que iban a ser usadas para hacer flechas, para que con ella trinchar la carne y con la ayuda de un par de trozos de leña en forma de “Y”, las enterré en los costados de la fogata y en ellas, sostener y asar la carne. Mientras tanto, ella balbuceó algo, que no escuche muy bien, por lo que inmediatamente le pregunté.

-¿que?

--¡GRACIAS!

-jejejeje, ¿me agradeces por ser un pervertido contigo?

--¡NOOOO…, POr ayudarm...!

-¿que?

--¡QUE GRACIAS POR AYUDARME!

-AAA… bueno.

Aún no quise acosarla con preguntas, por lo que decidí esperar a que ella misma se explaye hablando, por lo que inmediatamente le pase unos cuantos frutos en un plato hondo de arcilla, que había hecho tiempo atrás como práctica, el cual, nunca pensé que me serviría en estos momentos. Luego corte unos trozos de carne del muslo que avía puesto a asar, y los incruste en una astilla larga de madera, para que parezca como pincho de carne y se los pase para que empezara a comer, luego me serví mi porción y eso es todo lo que pasó.

Y es por eso que ella está callada y algo molesta, con los cachetes inflados, como si estuviera conteniendo palabras que no deberían ser expresadas. Hasta que después de un rato de estarme observando, ella dijo.

--eres raro.

-¿a qué te refieres con raro?

--es que, es la primera vez que veo a un orco comer con tanta ceremonia.

Ya veo porque no se volvió loca al ver mi aspecto, con lo que sólo se alteró como toda persona ante un igual. ¡Espera, dijo orco! ¿Entonces he evolucionado de goblin, a un orco? esto es interesante, y luego ella continuó.

--aunque he visto orcos lampiños, pero es la primera vez a uno con la piel azul oscuro, y que hable con el acento de goblin.

¿Espera, asentó de goblin, ósea, sin darme cuenta he estado hablando otro idioma todo este tiempo? a lo que no pude evitar preguntar.

-¿a qué te refieres con acento de goblin?

--yo vengo de una aldea de comerciantes en las montañas, nosotros hacemos comercio con los enanos oscuros, los cuales no gustan de los orcos, por lo que nosotros somos algo así como intermediarios entre ellos. Por lógica, nosotros dominamos el lenguaje oscuro y el de los enanos, y es por eso, que sabemos la diferencia entre acentos de cada raza. Como por ejemplo, los Uruk hai hablan con tono agresivo, mientras tanto los orcos hablan con tono tosco o seco. Y los goblin tienen un acento medio burlón como es tu caso.

-¿entonces yo hablo como el pitufi bromista?

--¿qué es el pitufibromista?

Mierda, pensé en voz alta, mientras me tapaba la boca con una mano, y con la otra, haciendo el gesto de negativa, le dije.

-no me agás caso, entonces dices que soy raro porque tengo el acento de un goblin siendo un orco y en sima de color azul.

--sí, aunque es como un goblin anciano, pero definitivamente no me puedo equivocar con tu acento.

Parece ser que he heredado el lenguaje de mis congéneres, como las tortugas al nacer tienen que ir al mar, las truchas y los salmones tienen que subir corriente arriba para aparearse o como el perro que instintivamente hacen caso a los silbidos. Mientras pensaba en todas estas cosas, de repente ella me preguntó.

--¿y cómo te llamas?


-Supay.

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