viernes, 9 de junio de 2017

Historia paralela de la ogro Pukara

-Hola, me llamo Mierda y es momento de que sapan algo de mí. Mmm… por donde empiezo, por donde empiezo. ¡Ya se!, Cof, cof…

Desde que recuerdo, siempre he sido tratada como una tonta, por que siempre estoy sonriendo a pesar de los golpes de mis hermanos. No sabía cuál era la razón de su odio hacia mí, ya que me golpeaban cuando hacía algo mal o bien, me golpeaban cuando sonreía, y me golpeaban cuando estaban aburridos. Pero igual, no me importaba, ya que la lluvia se lleva el pesar, el sol es cálido, la brisa es buena, y la tierra produce flores hermosas, y además que tengo la capacidad de sanar rápidamente, jejejeje.

Yo me entretenía con lo poco que podía agarrar, piedras, palos, tierra, insectos, moluscos, y jugar con los animales de la granja, ya que los hijos de los otros ogros me miraban con igual odio, por lo que temía lo que me pudiera pasar si me alejo demasiado de padre.


Y cuando creía que esta vida no podría empeorar, cumplí once años, mis hermanos abusaron de mí de una manera más horrible que los golpes que ya estaba acostumbrada.

-es hora de diversión.

Ellos me buscaban con esa frase, y empezaban a romper mis pocas prendas, tocaban mi cuerpo, y luego apuñalaban cada uno con su ullu en mi rakha y en mi sip´uti, no entendía el propósito de ello, pero era asqueroso ya que me dejaban toda sucia.

Al principio era un tormento, ya que traían a sus amigos también y usando la frase.

-es hora de diversión.

Savia a que venían, por lo que solo me quedaba aguantar, por que si luchaba me iba peor.

Esos días, venían dolores en la barriga, me mareaba mucho, y comía mucho, lo que provocaba que se hinchara mi barriga, pero mi padre me curaba sacando pequeños seres de mi estómago y los utilizaba para sus rituales.

-son parásitos que te comen por dentro.

Pero yo no le creía, ya que miraba a los animales de la granja y tenía una idea de que era, por lo que cada vez que me curaba, empezaba a sentir grandes ganas de morir.

Pero después quería que ya no me importara, ya que si me ponía a pensar mucho en ello, sentía que mi pecho me dolía y que mi espalda me pesaba por lo que es mejor no pensar, y no lo hacía o eso quería hacer.

Mis días continuaron siendo iguales, ayudando a padre, soportar a mis hermanos, dolores de estómago, y las curaciones de padre y ver como desollaba al pequeño ser en sus rituales, por lo que eso comenzó a nublar mis días y pece en la muerte, pero lo conocí.

Se llamaba Kutichina y él era igual que yo, y vivía en unas cuantas covachas, solo que sus hermanos se mudaron cerca, por lo que pude conocerlo. Él al igual que lo hacía yo siempre sonreía, a pesar que le hacían las mismas cosas que a mí, (aunque a él no le sacaban parásitos del estómago), a él no le preocupaba, y comencé a creer que él era más estúpido que yo, pero me dijo.

-“los malos y buenos momentos nunca son eternos, solo hay que saber escoger cual recordar más”.

Al principio no le entendí, pero los constantes encuentros que tenía con él y ver su radiante sonrisa, empezaron a hacerme sentir bien y sus palabras a tener sentido, entonces empecé a soportar a mi familia, por que ahora tenía con quien olvidar, por lo que todo lo que nos pasaba, le tomábamos poca importancia. Jijijijiji, Ya que una noche de fuga, en el que intercambiábamos comida que nos robábamos, nos empezamos a acariciar con mucha curiosidad de saber cómo era el cuerpo del otro.

Lo hicimos muy lentamente, tocándonos explorándonos, con mucha timidez y deseo a la vez, por lo que de repente, cuando me di cuenta, él estaba frotando su ullu contra mí y no lo evite, aunque su ullu era igual al de mis hermanos y no me importo, es más, quise que lo hiciera como lo hacían ellos; No entiendo esto que siento, estos deseos que tengo, pero es que en él no lo veo asqueroso, por lo que me moví y puse su ullu contra mi rakha, y sentí que nos volvíamos uno. No podíamos dejar de abrasarnos, no podía saber quién era el o quien era yo, pero yo quería ser él y creo que él quería ser yo… Y todo paso tan lento, tan rápido, tan húmedo, tan caliente, tan tosco y débil, que, ¡pun! Un fuerte calambre recorrió todo mi cuerpo llevándome a la inconciencia…

Al despertar y verlo dormido, desee que ese momento fuera sin acabar, pero me pare rápido y lo desperté para que volviéramos a nuestras labores, ya que si no nos ven ellos se molestan y el castigo es peor.  

Pero al pasar los días, comencé a sentir nauseas, síntomas que según mi padre, tengo un parásito en el estómago, cuando lo que tengo en mi vientre es otra cría de mis hermanos. Pero algo cruzo mi cabeza; y si este pequeño es de Kutichina, pero como saberlo, que debo hacer, entonces el futuro de esta cría no vendrá.

Por lo que le pedí a Kutichina que huyéramos de esta aldea, pero él tenía muchas dudas y cuando miro mis ojos de desesperación, se convenció y como buena señal a nuestro deseo, un grupo de ogros volvió a la aldea trayendo un gran cargamento de tesoros, entre ellos fueron traídos un pequeño grupo de seres muy frágiles, el nombre de esa rasa era humanos.

Raras veces nuestra gente trae humanos vivos a nuestra aldea, a menos que quisieran guardar la comida para algún evento especial, y en estas circunstancias quienes aprovechan para divertirse con ellos son los ogros machos más jóvenes y el único anciano (mi padre), ya también se encarga de supervisar y cuidar de ellos y medicar a las hembras para que no puedan concebir, ya que cuando un híbrido nace, la madre se abre como una flor, matándola, y dejando expuesto al nuevo ser, pero su pócima a veces no funciona y nacen uno que otro hibrido y se hace cargo el padre culpable, y el chamán del pueblo, mi padre, averigua de quién es el hijo, por lo que le tomara tiempo.

Por eso pensamos que no se darían cuenta si nos ausentábamos, pero la verdad era que esperaban que hiciéramos eso nuestros hermanos, ya que sabían de nuestros encuentros nocturnos. Todo esto me entere cuando ya nos rodearon, y todo pasó muy rápido, mis hermanos atraparon a Kutichina, sus hermanos estaban yendo hacia mí, pero cuando retrocedí, caí en un hueco, pero ellos no bajaron y oí sus gritos de desesperación.

-¡BASILISCOOO…, RETROCEDAN, RETROCEDAN!

Y luego escuche a mi hermano gritar con fuerte desesperación y los otros decir que no se podía hacer nada, por lo que me quede a esperar hasta que el ruido acabo, y cuando empecé a salir del agujero, vi a una enorme serpiente devorando a mi hermano.

La escena me dejo tonta y quieta, pero la serpiente no me avía visto, ya que me quede parada por un buen rato, y, me fui despacio por otro rumbo, pero la serpiente me vio u oyó, por que con un movimiento de su cola, me hizo volar hacia el interior del bosque…

Cuando desperté, me hallaba sobre un árbol, y uno de mis brazos estaba girado a otra dirección, no me importo por la costumbre, pero lo que más me inquietaba era el hormigueo que sentía en mi estómago, y cuando gire mi cabeza para mirar, vi con horror varias aves mikhuq devorando mis entrañas. Rápido moví mi brazo bueno para alejarlos, y, con un nudo en mi garganta, vi mi vientre el cual ya se lo avían comido casi por completo, y solo me quedaba ver como mi estómago se regeneraba, sin restaurar lo que quise proteger.

Quise que las aves me mataran rápido, pero, al sentir el dolor de mi brazo torcido, y el horror de ver como devoraban mi vientre, que empecé a moverme para colocar mi brazo en su lugar. Tuve que dar un fuerte tirón apoyándome en las ramas, pero las mismas se rompieron y volví de nuevo al suelo. A duras penas me pude sentar, luego busque en mi pequeña bolsa que tenía en mi pecho, y extraje unas hiervas curativas de mi padre y las comí (coca), gracias a ellas pude recuperar fuerzas para pararme, y de que mi cuerpo se recupere, pero mirando a mi alrededor me di cuenta de que no savia en donde estaba.

Anduve sin rumbo, sin dejar de mascar coca ya que no tenía comida, me escondía ante los muchos mostros, o correría desesperada para que no me comieran. Estuve así por un día y dos noches, hasta que sentí la sangre fresca derramarse en la tierra con boses que me indicaban de que avía alguien, pensé en mis hermanos y quise huir, pero el hambre me hizo regresar, y al ver que eran otros, me alegro muchísimo y pedí comida.

-¡¿quién eres?!

Al oír al pequeño macho azul que me miro con esos ojos de tigre, entre en pánico, y ya desesperada me arrodille para pedirles comida, pero él macho azul y la pequeña hembra hablaron…

No savia que pensar mientras conversaban, ya que estaba asustada, ¿Qué pasaría si les digo que me fugue, me ayudarían o me abandonarían?, y si mis hermanos me siguen buscando, qué hacer en este inmenso bosque sola.

-¿cómo te llamas?

Repetí la pregunta que me hiso, ya que su mirada era muy fuerte para ser tan pequeño, por lo que me asuste aún más; ¿Qué le voy a decir, que tengo que decirle para que me ayuden?

-sí, ¿cómo te llaman?

Le dije mi nombre y se quedó en silencio por un rato; ¿Qué está pensando, que hará ahora, que me dirá?, y sentí un frio por mi espalda,

-¿eso es cierto, de que fuiste desterrada?

Le dije que sí, ¿estará bien?, mientras me pesa su mirada fija en mi nuca.

-¿y cuál fue la razón de tu expulsión?

¿Y ahora que le digo, tengo que responder, pero que palabras tengo que usar para que no me abandone?, y de repente deje que mi boca se moviera sola, y espere que me creyera.

-¿y estas segura de tus palabras, que harás cualquier cosa?

¿Qué, que es lo que quiere, hacerme lo mismo que mis hermanos?... bueno, si pude soportar a mis tres hermanos, un pequeño macho azul no será problema, y le respondí que sí.

-pues, te deseo a ti, ¿lo aceptas?

Lo savia, todos los machos son iguales, y me acorde de Kutichina, pero ya no puedo hacer nada más que vivir, y le respondí que sí.


-bien, Mina, desde ahora ella está bajo tu cuidado.

-¡¿QUEEE...?! –pero el macho azul se puso a hablar con la pequeña hembra y me dejo de lado y aun no dejo de temblar, espera, eso quiere decir que me quedare con ellos, que me ayudaran, de repente la pequeña hembra se acercó hacia mí y me dijo.

-hola, yo me llamo Mina, y desde ahora harás todo lo que yo te diga, y él se llama Gran Supay, y él es el líder del grupo por lo que también tendrás que hacer lo que él diga, ¿entendiste?

-eso quiere decir que me puedo quedar. –y gire a ver al macho azul llamado Supay encendiendo una fogata, pero el no voltio a verme.

-si te puedes quedar, pero tienes que trabajar duro, ¿entiendes?

-s, s, sí. –aun no dejaba de temblar, pero empecé a alegrarme mucho.

Ayude a la pequeña hembra Mina a terminar de descuartizar los cuerpos de los phuyu qhulu, luego los comenzaron a asar, por lo que esperaba paciente por las sobras como estaba acostumbrada, y la pequeña Mina saco un trozo de carne enorme y me lo entrego.

-¿Puedo comerme yo esto?

-claro, dijiste que no comiste en días, por lo que come antes que se enfrié.

Lo quede mirando, y luego la mire a ella, entonces le di un pequeño mordisco, pero ella no dejo de mirarme, de seguro piensa tirarlo cuando lo muerda con alegría por lo que me prepare para ello, pero luego del cuarto mordisco, ella sonrió, y cogió su presa y comenzó a comerla, por lo que no me resistí y comencé a comer más rápido, y el macho azul Supay dijo.

-coman todo lo que puedan ya que tenemos que continuar con el viaje.

Al escucharlo, me olvide mi lugar, ya que ellos no son ogros, por lo que dije.

-¿a dónde están yendo?  -pero la expresión del macho Supay cambio, y al sentir sus ojos fijos en mí, sentí que él venía a mí para quitarme la vida, mientas escuchaba sus palabras.

-¡y para qué quieres saber Mierda!

Al darme cuenta que fue, solo una ilusión, entendí que no tengo que meterme con él, si es que quiero vivir, por lo que respondí rápidamente mientras agachaba la cabeza. 

-Mierda no necesita que el amo responda a sus preguntas.

Esta sensación no la avía sentido ni con mis hermanos, sería bueno escapar de ellos, pero, que haría yo sola en este entorno tan hostil, y si me quedo, él me podría matar, pero si no lo molesto y los sigo con la boca cerrada, no tendría que volver con mis hermanos, y menos ahora de que por mi culpa uno de ellos fue devorado por un basilisco…

El día continuo y parecía eterno, me dieron a cargar una caja de madera, y tengo que estar alerta con las amenazas que nos topábamos, ya que el amo nos así huir a los arboles cuando era muy peligroso, o por un descuido mío se ponía a pelear y huíamos de nuevo, por que no avía alternativa, y luego me gritaba fuerte, pero no me pegaba, pero luego me llamaba muchas veces, y él me volvía a gritar diciendo que no me llamaba, por lo que no entendía, no entendía nada.

Pero la pequeña ama Mina se acercó y me dijo que la razón de que este molesto, es por que no podíamos comernos las presas que él mataba, ya que la sangre llama a otros depredadores, por lo que siempre tenemos que huir, por eso no todo es mi culpa. Mientras ella me hablaba, él vino y nos dijo,

-es malo no comernos las presas que matamos, por lo que es momento de que ustedes me apoyen. Tu Mina te encargaras de los ataques a distancia, y tu Mierda escúchame bien, desde ahora tú te llamaras Pukara, por lo que olvídate del pasado, ahora empiezas de nuevo, como Pukara, lo entendiste, ¡RESPONDE PUKARA!

-e, este, sí.

-¡¿QUE, NO TE HE OÍDO, ERES PUKARA?!

-¡SIII!

-Bien, ahora tu Pukara te encargaras de levantar al cadáver hacia la sima de los árboles, ¿entendido?

-¡SI!

-¡bien!, Porsiacaso repasemos, cuando empiece la pelea ¿Mina que harás?

-yo usare mis armas a distancia para herir a las presas.

-¡bien!, y cuando yo las mate ¿Pukara que harás?

-yo los levanto y los subo a los árboles.

-bien, muy bien. -¡Plaf! (un aplauso)

-¡vamos a ello!

No sé qué paso, pero ahora me llamo Pukara, y creo que me gusta. Hicimos lo que el amo nos mandaba y pronto capturamos a cuatro presas, las cuales desollamos y despellejamos, cargaba sus partes y nos retirábamos, fue muy bueno.

Hasta que la noche llego, por lo que con la leña recolectada por el camino, hicimos una gran fogata, y el trepo uno de los arboles cercanos, y la pequeña ama Mina me dijo que descansáramos, por lo que me quede dormida como un tronco.

Cuando desperté me sentía muy bien, y empecé a creer que estar con ellos era muy bueno. Ya era de madrugada por lo que me levante, y la ama Mina se está sobando, y al verme me dijo que hiciera lo mismo, pero el amo Supay bajo con violencia y nos dijo.

-prepárense es la hora de la diversión.

¿Queee, ahora…?


Significado de palabras

-ullu (pene)  
-rakha (vagina)  
-sip´uti (ano)
-Kutichina (vomito)

-mikhuq (carroñera).